lunes, 10 de junio de 2013

Keynes no tenía ni puta idea (Y además era maricón).


El otro día me llamaron la atención sobre este artículo. Mas bien fue la parienta, a la sazón profesora de economía, la que quedó alucinada ante la lectura de semejante bazofia.

¿Y porqué el artículo, escrito por un economista de reconocido prestigio, es un truño con pelos? Una lectura superficial del mismo revela el porqué: Los razonamientos, lejos de ser económicos, son falacias de lo mas burdo.

"Ya estamos viendo los primeros efectos en España, donde las comunidades autónomas han pasado en poco tiempo de competir en austeridad a competir por elevar el techo de gasto. Keynes era un tipo brillante..."

Ummm... Veamos, Keynes jamás dijo que las comunidades autónomas necesiten elevar su techo de gasto. De hecho estaba un poco muerto cuando se crearon las comunidades autónomas. 

A esta falacia (Atribuir al contrario algo que jamás dijo), se le conoce con el nombre del Muñeco de paja. Y si no se lo atribuye estamos ante otro tipo de falacia, una non sequitur. Es doblemente falaz si tenemos en cuenta que el contrario, como he mencionado antes, es un difunto, por lo que no puede rebatir la afirmación. Tríplemente falaz ya que Keynes no defendió siempre el endeudamiento del estado en caso de necesidad (Véase su publicación de 1940 "How to Pay for the War: A radical plan for the Chancellor of the Exchequer" acerca de como pagar la segunda guerra mundial). Como siempre la realidad es mas complicada, pero el autor no simplifica únicamente por motivos de espacio. Las simplificaciones son mas fácilmente atacables.

A este exquisito razonamiento le sigue otro que es una auténtica perla de sabiduría económica:

"Andrew Ferguson, conocido historiador de Harvard, sostuvo hace poco una polémica teoría acerca de por qué Keynes favorecía el gasto público para estimular la economía. Según Ferguson, la homosexualidad de Keynes y por tanto su ausencia de descendencia le impedían pensar en el futuro que heredarían generaciones venideras, de ahí que fuese partidario de incurrir en tanta deuda como fuese necesaria para generar crecimiento."

Resumiendo: Keynes era maricón, los maricones no se interesan en el futuro ya que no tienen hijos, por lo tanto las teorías de Keynes eran interesadas y falsas. Veamos como se defiende esta maravillosa cadena de razonamientos:

A -> B -> C -> D

A) Keynes era homosexual. Falso, bisexual mas bién.  Dado que la premisa inicial es falsa, no se si merece la pena seguir, pero hagámoslo solo por diversión.
B) Los homosexuales no tienen hijos. Pues tampoco es cierto, ni entonces ni ahora.
C) Los que no tienen hijos no piensan en el futuro ¿De verdad necesito rebatir esto? 

Por lo tanto, A no es cierto, y a cada paso el razonamiento falla. Luego el propio autor, tras tirar la piedra, esconde la mano para soltar su propia teoría:

"La teoría de Ferguson es absurda e injusta, pero creo que da en la tecla en la media en que cuestiona la integridad intelectual del economista británico. Sencillamente no me puedo creer que un tipo tan inteligente honestamente pensase que se puede gastar hasta la prosperidad y crecer de forma sostenible a base de endeudamiento. En mi opinión, Keynes, mucho antes que economista, era inversor, mejor dicho, especulador con síntomas de ludopatía. Keynes pasó de la fortuna a la ruina varias veces en su vida, y como los inversores de hoy, sabía lo que le convenía. Liquidez, gasto e inflación."

¿Para que soltar la teoría hipótesis(1) para luego desestimarla? Sencillo, al colocar su idea final (La del especulador ludópata) junto a otra ridícula, la suya parece buena.  Pero es que Keynes fué un excelente inversor. Murió muy rico, nunca llegó a arruinarse, capeó con éxito la gran depresión del 29, tanto con sus fondos como con otros que administró, y advirtió de los peligros que representaba la ludopatía para los inversores. Por supuesto su forma de invertir era mas compleja, pero no, no era un ludópata que buscaba influir en la política de estado para forrarse.

Pasar del techo de déficit de las CCAA a Keynes es, como mínimo, cuestionable. Luego añadimos las premisas falsas, la distorsión de los acontecimientos y el atacar a la persona y no a sus ideas, lo que constituye una falacia Ad Hominem de libro.

Que a estas alturas, tras emplear toda clase de razonamientos poco honestos, se cuestione la honestidad intelectual del personaje criticado, resulta bastante ridículo. Es como aquello que le dijo el burro al caballo: "Que orejas mas grandes tienes". Tras mi torpe lectura del artículo solo puedo decir que he entendido lo siguiente:

Las CCAA no deben aumentar su techo de déficit porque las teorías de Keynes están escritas por un especulador ludópata que buscaba su propio beneficio. Y además era maricón.

Gran artículo. Sutil y de calidad, como una película de Chuck Norris. Y yo que me lo quería perder.

(1)Lo siento, pero teoría es una palabra demasiado seria para esta memez.





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